Lewandowski hunde a Lopetegui
Lewandowski encarrila un partido complicado para el Barça y agrava aún más la crisis del Sevilla de Lopetegui
Raphinha: «¿La Liga? Estamos muy contentos, pero queda mucho todavía»
Cada día parece más evidente que la mejor decisión tomada en años por el Barcelona ha sido el fichaje de Robert Lewandowski. El delantero acudió al rescate cuando más sufría el equipo y encarriló lo que acabó siendo un paseo culé por el Sánchez-Pizjuán. Raphinha y Eric fueron los otros dos goleadores de una noche en la que el Sevilla dejó a tumba descubierta sus carencias y acabó hundido, tanto en lo anímico como en lo deportivo, puesto que rozan las plazas de descenso. Una situación más que delicada, sobre todo para Julen Lopetegui, al borde del despido.
Aún así, el encuentro era la primera prueba de fuego real para el Barça. O, al menos, eso parecía. Para ello, Xavi apostó por lo que le funcionó en el último partido. Sin Marcos Alonso ni Bellerín, Xavi tenía claro el equipo y, no, como se esperaba, Jordi Alba no estaba en los planes. Koundé volvía a casa y lo hacía en el costado diestro, mientras que arriba, a Dembélé y a Lewandowski les acompañaba Raphinha.
Enfrente un Sevilla donde Lopetegui se jugaba prácticamente el crédito. Un punto de nueve posibles en lo que va de Liga tenían al técnico en el alambre. Para tratar de cambiar la dinámica, no parecía lo ideal recibir a un Barça al que en los últimos años se han medido de tú a tú, pero que este curso es otro completamente distinto. Aún así, apostaba por la vieja guardia el vasco, sumando a Rakitic, Jordán y Fernando la magia de Isco. En punta, En-Nesyri.
Funcionó en los primeros minutos el plan sevillista. La intensidad y la presión consiguieron poner contra las cuerdas al Barcelona. Cada balón que recuperaban los hombres de Lopetegui en el centro del campo se convertía en un uno contra uno con Ter Stegen, diferencial cuando tuvo que serlo. Isco rendía a un nivel que recordaba a sus mejores tiempos, apareciendo o en la transición o en la finalización. Pese a las múltiples ocasiones, perdonaron, ya fuera porque estaban constantemente adelantados o por la falta de puntería.
Y aquella ley no escrita se cumplió. Pagaron caro su perdón, puesto que el Barça no lo hizo en la primera que tuvo. También ayuda tener a Lewandowski. Trató de finalizar ante Bono con una magnífica cuchara que sacó bajo palos Fernando, pero el rechace lo mandó dentro Raphinha con la cabeza. Duro castigo para un Sevilla que estaba complicando en exceso la vida a los de Xavi.
No bajó el ritmo el Sevilla. Mantuvieron el ida y vuelta constante pese a los riesgos que eso conllevaba, a sabiendas que otro golpe azulgrana suponía prácticamente renunciar a sumar. Más aún si tras la marcha de sus dos centrales no ha llegado nadie de garantías para suplirlos. Como era de esperar, pagaron su exceso de valentía. Mientras que en el centro del campo se mostraban sólidos, en defensa hacían aguas. Es lo que tiene jugársela con Fernando de central y con Gudelj de pivote ante la falta de efectivos.
Koundé, con todo el tiempo del mundo desde la línea divisoria puso un balón en largo para Lewandowski. Al polaco la defensa le había dejado incomprensiblemente solo y no desaprovechó. La bajó con el pecho y remató de volea para poner el segundo. Pudo ser peor. Se desmoronaron atrás de tal forma que los hombres del Barça aparecían sin oposición para rematar, perdonando el tercero hasta en tres ocasiones antes del descanso.
Golpe de realidad sevillista
Lo visto en la primera parte provocó que Lopetegui cambiara al descanso a Gudelj y Jordán para dar entrada a Carmona y Delaney. Pero ni con esas. Comenzaron como en la primera, pero igualmente sin pólvora. Y atrás la situación seguía siendo dramática. No tardó en llegar el tercero, a balón parado. Koundé cabeceó para regalarle el gol a Eric, entrando ambos sin oposición.
Las caras en la grada lo decían todo. El Sevilla estaba al borde del descenso y cada vez más lejos del que era su objetivo al inicio de la temporada y que hoy por hoy parece una utopía, acabar entre los cuatro primeros. Mejoraron en el tramo final, pero además de ser ya tarde, se encontraron con Ter Stegen.
La victoria permite al Barça seguir la estela del Real Madrid. Los dos grandes se quedan solos en la parte alta de la tabla, con pleno de puntos –12– para los blancos y a dos los culés. Por su parte, el Sevilla se queda con uno, marcando la salvación y pudiendo caer al descenso en función del resto de resultados de la jornada.